Siempre que les toca exponer un
trabajo, leer un cuento… les pido que se suban a una silla que pongo delante de
la pizarra para que vayan perdiendo el miedo escénico. Al principio muchos no
quieren y les respeto, pero poco a poco se van animando todos e incluso este
año me pasó que corrigiendo unos resúmenes que había pedido, el primero en corregir
me pidió si podía leerlo en la pizarra subido a la silla.
Algunas veces incluso
les pido que se suban a una mesa. En ese momento me miran con cara de: ¿Me
está pidiendo Beatriz que me suba a una mesa?
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